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Introducción del proyecto

Cuando Virginia Wolf habla de un cuarto propio, no evoca la necesidad de un espacio físico, sino, la urgencia de espacios de creación del ser y espacios para compartir el silencio de lo más profundo de nosotras mismas. El cuarto propio es un lugar para nuestra autopoyesis, es decir, para auto-crearnos y reconstruirnos en resiliencia; y por qué no, para renacer.La cuidad de las mujeres innobles es una analogía a la diversidad de mujeres valiosas, naturales y migrantes de esta ciudad. La gentrificación del centro de Quito es un buen pretexto para recoger la memoria del ex colegio Simón Bolívar y sus alrededores. Así, se retrata y parodia los sustantivos zoologizantes con los cuales se nos califica a las mujeres que alzan su voz. De esta manera, se desemboca en una obra que combina lenguajes artísticos como la danza, la música, el teatro y el cine con la ciudad de Quito, como un espacio escénico y escenografía fantástica para la experimentación creativa.

Paralelamente, hemos pensado realizar con el colegio Simón Bolívar un pequeño taller de danza que evoque la memoria de este edificio y alrededores. Aglutinar grupos de mujeres con los cuales recuperar y hacer visible la historia de las mujeres de la cuidad. Las metodologías, asequibles a utilizarse con los vecinos y vecinas, pretenderán crear habilidades expresivas y críticas. Los posibles financiamientos del sector público y privado lograran una producción multidisciplinaria que convoque a músicos, artistas plásticos, escénicos y cineastas a un trabajo profesional en el marco de respeto de sus derechos.

Foto: Monica Coba

Interprete: Andrea Fierro

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